sábado, 20 de marzo de 2010

CUANDO SEA VIEJO


La edad trae una etapa en la vida que no siempre es fácil de llevar, y donde tenemos que ser más comprensivos que nunca.



El día que esté viejo y ya no sea el mismo, ten paciencia y compréndeme.



Cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide cómo atarme mis zapatos, recuerda las horas que pase enseñándote a hacer las mismas cosas.



Si cuando conversas conmigo, repito y repito las mismas palabras que sabes de sobra como termina, no me interrumpas y escúchame. Cuando eras pequeño(a) para que te durmieras tuve que contarte miles de veces el mismo cuento hasta que cerrabas los ojitos.



Cuando estemos reunidos y sin querer haga mis necesidades, no te avergüences y compréndeme que no tengo la culpa de ello, pues ya no puedo controlarlas. Piensa cuantas veces cuando niño(a) te ayude y estuve paciente a tu lado esperando a que terminaras lo que estabas haciendo.



No me reproches porque no quiera bañarme; no me regañes por ello. Recuerda los momentos que te perseguí y los mil pretextos que te inventaba para hacerte más agradable tu aseo. Acéptame y perdóname. Ya que soy el niño ahora.



Cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas tecnológicas que ya no podré entender, te suplico que me des todo el tiempo que sea necesario para no lastimarme con tu sonrisa burlona. Acuérdate que yo fui quien te enseñó tantas cosas. Comer, vestirte y tu educación para enfrentar la vida tan bien como lo haces, son producto de mi esfuerzo y perseverancia por ti.



Cuando en algún tiempo mientras conversamos me llegue a olvidar de que estamos hablando, dame todo el tiempo que sea necesario hasta que yo recuerde, y si no puedo hacerlo no te burles de mí; tal vez no era importante lo que hablaba y me conforme con que me escuches en ese momento.



Si alguna vez ya no quiero comer, no me insistas. Sé cuanto puedo y cuanto no debo. También comprende que con el tiempo ya no tengo dientes para morder ni gusto para sentir.



Cuando me fallen mis piernas por estar cansadas para andar, dame tu mano tierna para apoyarme como lo hice yo cuando comenzaste a caminar con tus débiles piernas.



Por último, cuando algún día me oigas decir que ya no quiero vivir y solo quiero morir, no te enfades. Algún día entenderás que esto no tiene que ver con tu cariño o cuánto te ame. Trata de comprender que ya no vivo sino que sobrevivo, y eso no es vivir.



Siempre quise lo mejor para ti y he preparado los caminos que has debido recorrer. Piensa entonces que con el paso que me adelanto a dar estaré construyendo para ti otra ruta en otro tiempo, pero siempre contigo.



No te sientas triste o impotente por verme como me ves. Dame tu corazón, compréndeme y apóyame como lo hice cuando empezaste a vivir. De la misma manera como te he acompañado en tu sendero te ruego me acompañes a terminar el mío. Dame amor y paciencia, que te devolveré gratitud y sonrisas con el inmenso amor que tengo por ti.

COMO EL LÁPIZ



El niñito miraba al abuelo escribir una carta. En un momento dado le preguntó:



- ¿Abuelo, estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es, por casualidad, una historia sobre mí?



El abuelo dejó de escribir, sonrió y le dijo al nieto:



- Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras, es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.



El nieto miró el lápiz intrigado, y no vio nada de especial en él, y preguntó:



- ¿Qué tiene de particular ese lápiz?



El abuelo le respondió:



- Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán siempre de ti una persona en paz con el mundo.



Primera cualidad: Puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. Esta mano la llamamos Dios, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad.



Segunda cualidad: De vez en cuando necesitas dejar lo que estás escribiendo y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final, estará más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.



Tercera cualidad: El lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.



Cuarta cualidad: Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.



Quinta cualidad: Siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida, dejará trazos. Por eso intenta ser consciente de cada acción

EL TRIPLE FILTRO DE SÓCRATES




En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos.



Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo:



- ¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?



- Espera un minuto - replicó Sócrates. Antes de decirme nada quisiera que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro.



- ¿Triple filtro?



-Correcto -continuó Sócrates. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el examen del triple filtro. El primer filtro es la verdad. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?



- No -dijo el hombre-, realmente solo escuché sobre eso y...



- Bien -dijo Sócrates. Entonces realmente no sabes si es cierto o no.



- Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la bondad. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?



- No, por el contrario...



- Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto.



Pero podría querer escucharlo porque queda un filtro: el filtro de la  utilidad. ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?



- No, la verdad que no.



- Bien -concluyó Sócrates-, si lo que deseas decirme no es cierto, ni  bueno, e incluso no es útil ¿para qué querría saberlo?



Usa este triple filtro cada vez que oigas comentarios sobre alguno de  tus amigos cercanos y queridos...

LOS HERMANOS QUE DIOS NOS PUSO AL LADO: EL MEJOR REGALO





Las personas son regalos que la vida me ha dado.

Ya vienen envueltas, algunas en forma muy bella y otras

de una manera menos atractiva.



Algunos han sido maltratados en el correo; otros llegan

como "Entrega Especial";

Algunos llegan envueltos, otros cerrados con gran

rigidez.



Pero la envoltura no es el regalo y es importante darse

cuenta de esto.

Es muy fácil equivocarse en este sentido, juzgando el

contenido por el estuche.



A veces el regalo se abre con facilidad; otras se

necesita la ayuda de otras personas.



Tal vez es porque tiene miedo, quizá han sido heridas

antes y no quieren ser lastimadas de nuevo.



Pudo ser que alguna vez se abrieron y luego se

descartaron.

Quizá ahora se sienten más bien como "cosas" que como

seres humanos.



Yo soy una persona. Como todas las demás personas

también soy un regalo. Poseo una bondad que es sólo mía.



Y sin embargo, algunas veces tengo miedo de mirar dentro

de mi envoltura.



Tal vez temo decepcionarme, quizá no confío en el que

llevo dentro. Pudiera ser que en realidad nunca he

aceptado el regalo que soy.



Cada encuentro y comunicación entre personas es un

intercambio de regalos.



Mi regalo soy yo, tú eres tu regalo.

Somo obsequios de Dios unos para otros.



Es difícil pensar en ocasiones que aquel que me ha

lastimado es también un regalo de Dios, pero si vemos la

ofensa como una envoltura maltratada y no nos quedamos

con ella, seguramente encontraremos un hermoso regalo,

pues de cada suceso Dios nos tiene una enseñanza para

crecer en su amor, en nuestra fe.........



Nosotros mismos podemos tener una envoltura tan

maltratada por el tiempo y/o las circunstancias, pero lo

que llevamos dentro siempre será hermoso, pues quien lo

puso ahí es nuestro Creador, solo tendríamos que ver

hacia adentro y estar listos para darnos.......descubre

en tu interior todos los dones con los que El Señor te

conformó y sé el digno regalo para los que te

necesitamos.

LAS HERRAMIENTAS DE SAN JOSÉ



1.El sueño. Yo dormía, pero mi corazón estaba vigilante (Cant 5,2). Siempre estuvo dispuesto a escuchar la llamada. Y, cuando despertó, se puso en marcha para cumplir los planes de Dios. Sus sentidos externos parecían dormidos pero, los internos, estaban en comunicación con el Creador.


2.La disponibilidad. La llamada de Dios informará su vida entera en adelante. Hay un texto de la Escritura que viene aquí a propósito: el anuncio que Jesús hace a Pedro cuando le dice: Te llevarán adonde tú no quieras ir (Jn 21,10). José, con su rapidez, lo ha hecho regla de su vida: porque se halla preparado para dejarse conducir, aunque la dirección no sea la que él quiere. Su vida entera es una historia de correspondencias de este tipo.

3.El silencio. Ni una sola palabra, los evangelios, ponen en los labios de San José. En su silencio quedarán sepultados todos sus padecimientos y esperanzas. La vida de este hombre no ha sido la del que, pretendiendo realizarse a sí mismo, busca en sí solamente los recursos que necesita para hacer de su vida lo que quiere. Ha sido el hombre que se niega a sí mismo, que se deja llevar adonde no quería. No ha hecho de su vida cosa propia, sino cosa que dar (Benedicto XVI)

4.La humildad. Antepuso, desde el principio, la grandeza de Dios a su propia pobreza. Cuántos interrogantes surcarían su mente: “por qué a mí; por qué yo; por qué a María”. San José nos ha enseñado, con su renuncia y con su abandono que en cierto modo adelantaba la imitación de Jesús crucificado, los caminos de la fidelidad, de la resurrección y de la vida.

5.La fe. Fue la respuesta de José a todas las exigencias de Dios. También, como María, tuvo su personal anunciación. El seria el padre legal de Jesús, hijo de María, y María su esposa. ¿Cuál fue su reacción? Creyó, se puso en camino y esperó. Respetó, como Maria, los misterios de la Salvación, los designios de Dios.

6.El trabajo. Su oficio de carpintero lo plasmó con humildad y generosidad en Nazaret. Fue la escuela y el hogar de Jesús. Trabajo y sufrimiento (todo mezclado) salió al paso de San José. No fue un camino de rosas su existencia pero, por su actitud generosa, encontró siempre la mano de Dios.

7.El sufrimiento. Los planes de Dios sobre María, las posadas que se cerraban ante el nacimiento de Cristo, la indigna morada donde el Salvador vino al mundo, Jesús perdido entre la multitud. Interiorizó todos estos acontecimientos aunque, a simple vista, le pareciesen incomprensibles e injustos.

8.La obediencia. Resquebrajados los planes de su vida personal y familiar, José, se abrió sin fisuras a la voluntad de Dios. Soñó, y en esos divinos sueños, entendió y comprendió que Dios le pedía un gran sacrificio: acompañar a María y ser responsable, el padre terreno de Jesús cuando naciera. Facilitó primacía, en todo, a Dios.

9.El servicio. Fue feliz sirviendo a la causa del Señor. No siempre, el ruido, hace bien y….casi siempre el bien no hace excesivo ruido. San José es el hombre que, sin fuegos artificiales, se entrega con fidelidad y prudencia a los deseos del Señor.

10.La esperanza. Nada de lo que aconteció a su alrededor le hizo perder la calma ni la serenidad. San José refleja la persona que aguarda, que persevera y que permanece firme en sus convicciones a pesar de las dificultades. Como Abraham, con razón se dice fue capaz de “esperar contra toda esperanza”. Padre por y en la fe.

jueves, 18 de marzo de 2010

SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ: "el criado fiel y solícito que el Señor puso al frente de su familia"




Os dejo un video acerca de aquél cuya solemnidad celebramos hoy. Para mí el día 19 de marzo tiene una significación especial: he nacido en este día bajo su intercesión y bajo su ejemplaridad como el fiel custodio de los Misterios santos: Jesús y María, su esposa. Es el patrono de las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, amén de ser custodio de la Iglesia universal. No sólo he nacido en el día de su festividad sino que también he sentido la llamada al ministerio sacerdotal. Tengo a mi alcance la santidad sencilla de José labrada a fuego en las cosas cotidianas hechas perfectamente en el amor; y acrisolada, además, en el trabajo de custodiar a nuestro Señor. ¿Cuál es la vida de un sacerdote? Sin duda, hacer presente sacramentalmente a nuestro Señor, con las actitudes de justicia, de fe, de silencio y de fidelidad y solicitud de José.

¡¡¡FELIZ MEMORIA SOLEMNE DE SAN JOSÉ!!! TOMADLO COMO COMPAÑERO DE VIAJE EN EL CAMINO DE VUESTRA VOCACION PARTICULAR.







ORACIÓN A SAN JOSÉ


San José,


casto esposo de la Virgen María;

intercede para obtenerme

el don de la pureza



Tú que a pesar de tus inseguridades personales,

supiste aceptar dócilmente el Plan de Dios tan pronto supiste de él, ayúdame a tener esa misma actitud para responder siempre y en todo lugar a lo que el Señor me pida.



Varón prudente, que no te apegas a las seguridades humanas,

sino que siempre estuviste abierto a responder a lo inesperado, obténme el auxilio del divino Espíritu para que viva yo también en prudente desasimiento de las seguridades terrenales.



Modelo de celo, de trabajo constante, de fidelidad silenciosa, de paternal solicitud, obténme esas bendiciones para que pueda crecer cada día más en ellas y así asemejarme, día a día, al modelo de la plena humanidad: el Señor Jesús.



Amén